miércoles, 18 de agosto de 2010

Sex Symbol


Qué duro es ser una sex symbol. Así tituló una compañera de trabajo, el que podría ser el nombre de la novela que tratase de su vida. Resultó ser un concurso. Ganó y se fue a los Ángeles con su novio. Una semana de placer con todos los gastos pagados, en una de las ciudades más importantes del mundo, por escribir 7 palabras.

Ella no es exactamente lo que se entiende por una sex symbol: abundante melena rubia y teñida, que roza unos protuberantes pechos postizos y que asoman bajo un tremendo escote sin complejos. Tampoco tiene andares de pavo real, ni acostumbra a vestir ropa ceñida. No zarandea el muslamen bajo su falda corta ni tiene una de esas carcajadas histriónicas que anuncian a los presentes, que la tremenda mujer ha llegado.No es nada de eso, pero es una chica sexy porque ella lo dice. Y eso cuenta.

Hace pocas semanas consiguió hacerse con el carnet de conducir tras varios intentos fallidos y ahora conduce por Madrid con un Micra de color rojo al que llama Niko. Es de segunda mano, pequeño, de gasolina y sin dirección asistida. Todo ello lo hace una fascinante reliquia-móvil que le va como anillo al dedo. Con él conduce hasta el trabajo vestida de punta en blanco y con unas zapatillas de deportes que esconde bajo los pedales y guarda en una bolsa después de aparcar. Los sé porque he compartido mañanas de un perfecto y tenso viaje por la jungla de la capital. Luego nos reímos.
En la redacción siempre luce una eterna sonrisa en su cara bonita y saluda con un ímpetu que te hace saltar de la silla"¡hola chicos!". Luego se sienta frente al ordenador y me pide un masaje, "Lu...anda..., luego te lo doy yo. Un poco más arriba, ahí... en redonda...", así, hasta que le doy una viso, "me toca". Y nos turnamos.

Probablemente no se muestre como una Brigitte Bardot en el Bulevar del Ron. Pero su elegancia la convierte en una auténtica diva. Tanto, que incluso se ha agenciado la potestad de condecorar a las mujeres que, según su parecer, también son chicas sexys. Yo todavía espero su bendición. Lo de adjudicar ese don puede que no sea cosa fácil. Quizá de ahí venga lo de “qué duro es ser una sex symbol”…

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